La experiencia de pérdida y duelo de los niños que frecuentemente tienen después de la separación es muy similar a la de los adultos. Los niños se sienten confundidos, tristes y culpables. Algunas de las etapas de pérdida y duelo que sus hijos pueden experimentar son:
Ya les puedo decir a mis amigos que mis padres no viven más juntos.
Estas etapas quizás no se procesen en el mismo orden o al mismo tiempo.
Los estudios demuestran que los niños se adaptan mejor si los padres dejan de pelearse. Cuando todavía hay conflicto, los niños no deben ser expuestos al mismo. Además de no presenciar el conflicto, no se debe alentar a los niños a que participen en el conflicto, ni dejar que lo hagan voluntariamente. Los niños frecuentemente se sienten responsables y pueden tratar de intervenir en los problemas de los adultos cuando sus padres tienen dificultades y conflictos.